«Feministas»

«Me causa conflicto» -como dice mi hija-  la actitud de ciertas mujeres que dicen ser  feministas,  viven gritando a los cuatro vientos que el mundo las debe tratar con respeto y dignidad. Hasta ahí esas voces no tienen nada de malo, su expresión es completamente justa. Pero considero que muchas de las acciones feministas, en lugar de fomentar la igualdad entre mujeres y hombres, sólo logran acentuar las diferencias de género. Parece que su motivación más que evitar la discriminación, es un deseo de venganza, quieren cobrar hoy todas las facturas acumuladas por siglos de maltrato a la mujer; lo cual es imposible -no existe cuenta que aguante ese cobro – y esta imposibilidad hace que su voz se convierta en un  grito de rencor. No desean la igualdad, quieren un trato tan preferencial que rompe el propósito de lograr un equilibrio entre géneros y colocan las semillas para que la injusticia se acentúe. Es un tipo de lucha que lleva a seguir dando puñetazos, una pelea que nunca terminará ya que el rival siempre estará buscando regresar el golpe. Ellas, las feministas de las que estoy escribiendo, están haciendo fracasar su objetivo, quieren ser las vencedoras cuando en realidad no debe haber ganadores ni perdedores, debemos ganar todos. Se olvida que la justicia debe ser universal,  no exclusivamente para las mujeres (o para los  hombres) .

A veces ese intenso deseo de demostrar que ellas, en todo, son mejores que los hombres hace que sus actos contradigan su idea. Muchas veces, esta contradicción es muy sutil, difícil de observar;  pero está ahí. Aquí tienen un ejemplo: Una amiga colocó el lunes pasado en su  muro de Facebook una felicitación a Josefina Vázquez Mota por su triunfo en la elección interna del PAN. Un comentario para esa publicación – hecho por otra amiga –  decía que, si todas las mujeres de México votaran por ella, Josefina seguramente sería la ganadora de la próxima elección presidencial.

Esa actitud, la de votar por una mujer por ese hecho únicamente, denigra a las mujeres, es igual a la idea de votar por alguien sólo porque es guapo y elegante, o porque “habla bonito”. Es una idea que en el fondo dice que las mujeres son tan tontas que su capacidad de analizar el voto es limitada, que deciden sólo por una cuestión de género y no pueden ver más allá. Las mujeres son mucho más listas que eso, muchísimo más; su voto será razonado – al contrario de muchos votos machistas– y elegirán de acuerdo a sus intereses personales. No existirá un voto femenino masivo por Josefina, cada mujer en este país tomará su decisión libremente, y por lo mismo, habrá diferencias. El voto femenino será, en la mayoría de los casos, inteligente, lleno de esperanza para poder ofrecer a sus hijos un mejor futuro.

Debemos hacer que México sea un país justo, con igualdad de oportunidades para todos y no un lugar en donde el trato preferencial por género –no importa si es para mujeres u hombres- sea lo que defina quién debe ocupar una posición determinada. Para tener un país que avance, para lograr que México se desarrolle a tal grado que se pueda abatir la pobreza y la injusticia, debemos tener en cada puesto (presidente, senadores, diputados, directores de empresas, empleados, profesores, estudiantes, etc.) al más preparado, al mejor para esa posición.  Ser el mejor no tiene nada que ver con su  género, sino con su capacidad humana, moral, académica, laboral, adquirida a lo largo de la vida.

Foto por Liliane Mendoza Secco

Empecemos hoy, preparémonos para ser los mejores en donde estamos, no importa si somos mujeres u hombres, eso es secundario. Nuestro país más que una lucha feminista, necesita una ardua lucha contra la pobreza, la injusticia, la inseguridad; que se pelea con las armas del trabajo, estudio y con muchos valores.

9 comentarios en “«Feministas»

  1. ¡Hola Emilio!
    Me parece acertado tu pensamiento. Empero, déjame aportar algo más. En este país los mexicanos fácilmente olvidan; en años pretéritos ya han habido candidatas a la presidencia de la República por partidos pequeños (Marcela Lombardo Otero, la guapérrima Cecilia Soto, Rosario Ibarra de Piedra, la bella Patricia Mercado, incluso ésta última apelaba al mismo criterio: «si las mujeres del apís votaran por ella,…»),por lo tanto no es nueva esa situación. Tal vez en el partido mariano sí lo sea, ya que desde su fundación (septiembre de 1939, por lo tanto es el partido más viejo que existe formalmente hoy) la mujer sólo había tenido «pírricas» posiciones políticas. ¡No nos dejemos engañar! y lo que es peor, que esas «feministas» de las que hablas, lean un poco sobre el feminismo y los movimientos internacionales que ha habido para que sepan de qué se trata (además de historia reciente de México, por aquéllas que hablaban de la señora Vázquez Mota).
    Saludos y te felicito por tu espacio.

    Rodolfo Téllez-Cuevas.

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  2. MUY BUEN ARTÍCULO EMILIO, DE HECHO EL PROBLEMA SIEMPRE HA RADICADO EN EL PUNTO DE QUE EL FEMINISMO ES SÓLO UNA VERSIÓN FEMENINA DEL MACHISMO MISMO… NO ENCUENTRA UN PUNTO NEUTRO, O MEJOR DICHO, JUSTO… SE DEFINE A SÍ MISMO TAL Y COMO LO COMENTAS, COMO UNA VIL Y LLANA VENGANZA ANCESTRAL. PARA DEMANDAR SITUACIONES POSITIVAS… HAY QUE PROPONERLAS, PERO SOBRE TODO COMENZANDO POR LA ACTITUD. Y POR SUPUESTO ¡QUE VIVAN LAS MUJERES!, SALUDOS.

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  3. Tienes razon aqui en la empresa la gerente proclama a los 4 vientos ser «feminista» y «odia» a todo el genero masculino por cosas que sus ex le hicieron no se pone a revisar si la dejaron por cosas malas que ella hizo en sus relaciones escudandose en su «feminismo».

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  4. Emilio, aproveche la ocasión para revisar otros de tus escritos, comparto tu idea en lo básico. Otro ejemplo es el reservar la mitad del metrobus para las mujeres y llamarle a esto ley de equidad de genero. Por qué lo digo, porque a las mujeres no se les restringe el acceso a la parte posterior de hecho cuando viajan acompañadas por un hombre normalmente se van en esta parte. Además de que normalmente se encuentran muchos mensajes en que pueden denunciar por acoso a un hombre por el solo hecho de que ellas sientan que las vieron ofensivamente, esto deja un margen de interpretación demasiado abierto, es una apreciación subjetiva, no necesariamente real. Estoy completamente de acuerdo el que se tenga una parte del autobús reservada para ellas, pero normalmente estas partes llegan a ir vacías y la parte posterior esta a reventar, creo que la proporción debería ser más congruente con la realidad de los pasajeros. Además el restringir el acceso a esta parte al genero masculino y no a su vez hacer lo mismo en la parte posterior, se envía el mensaje de debilidad a las mujeres. Les estas diciendo tengo que protegerte porque tu no puede hacerlo no propicia la equidad propicia exactamente lo contrario, me ha tocado ver como golpean a un señor con la bolsa por cursar esa línea imaginaria cuando existe no solo espacio si no varios asientos vacíos, esta persona no vio de mala manera a nadie, no se acercó a alguien de forma lasciva ni mucho menos solo cruzo esta línea imaginaria. Mientras estemos dispuestos a dar un trato preferente a cualquier género, estamos fomentando la inequidad. No la equidad. Cuando aprendamos todos a respetar a cualquier persona sin importar su género, preferencia o raza no será posible esta equidad.

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